Virgen Dolorosa, Señora de la Soledad

Virgen Dolorosa, Señora de la Soledad

Que está junto a la Cruz

 

María necesita de nuestra compañía. Está sola y triste por la muerte de su Hijo. Esta noche le acompañaremos de vuelta a San Lorenzo, en silencio, en oración. Con nuestro corazón dolorido esperaremos junto a Ella la Pascua y la salvación del mundo.

Virgen Dolorosa, Señora y Madre nuestra: tu estabas serena y fuerte junto a la cruz de Jesús. Ofrecías tu Hijo al Padre para la redención del mundo.

Lo perdías, en cierto sentido, porque El tenía que estar en las cosas del Padre, pero lo ganabas porque se convertía en Redentor del mundo, en el Amigo que da la vida por sus amigos.

María, ¡qué hermoso es escuchar desde la cruz las palabras de Jesús: «Ahí tienes a tu hijo», «ahí tienes a tu Madre».

Virgen Dolorosa, hoy te ofrecemos nuestros hombros y nuestra oración por tus dolores de Madre, por tu ejemplo de abandono a Dios y por tu soledad. Siente cada mirada y cada palabra que te dirijamos como un gesto de compañía en este día en el que tu Hijo es crucificado por todos nosotros, para salvarnos.

 

Oración que el Papa Francisco dedicó a la Virgen de los Dolores en Eslovaquia en 2021:

 

Nuestra Señora de los siete dolores, nos hemos reunido aquí ante ti como hermanos, dando gracias al Señor por su amor misericordioso.

Y tú estás aquí con nosotros, como estuviste con los Apóstoles en el Cenáculo.

Madre de la Iglesia y Consuelo de los afligidos, nos dirigimos a ti con confianza, en las alegrías y en las fatigas de cada día. Míranos con ternura y acógenos entre tus brazos.

Reina de los Apóstoles y Refugio de los pecadores, que conoces nuestros límites humanos, las faltas espirituales, el dolor por la soledad y el abandono, sana nuestras heridas con tu dulzura.

Madre de Dios y Madre nuestra, te confiamos nuestra vida. Danos la gracia de vivir con fidelidad cotidiana las palabras que tu Hijo nos ha enseñado y que ahora, en él y con él, dirigimos a Dios nuestro Padre.

 

Padre Nuestro…

 

Encontremos hoy un momento para contemplar a María y acompañarla en su soledad.

Virgen Madre Dolorosa, ¡ruega por nosotros!