Jueves Santo

Pórtico de la Semana Santa.

El Evangelio del día es Juan 13,1-15

“Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión”. Así habla el refrán impregnado de costumbrismo cristiano. Hoy, precisamente, es Jueves Santo, uno de esos tres días. Es la víspera de la Pascua Judía.

Eucaristía, Sacerdocio y Amor Fraterno

Han terminado los días preparatorios para el Gran Momento de la Pasión Gloriosa del Señor y llega el Triduo Pascual. Nos adentramos en su primera jornada con el jueves Santo. En este día el Señor se sentó con sus discípulos para comer la comida de Pascua. En ella se recordaba la liberación de Yavé del Pueblo de Israel de la vara de Egipto con el sacrificio del cordero cuya sangre fue la señala que identificase las casas judías.

Una vez que se sacrificase el cordero debían de comerlo juntándose por grupos y hacerlo a toda prisa porque a la medianoche pasaría Dios liberándoles de la esclavitud con la matanza de los primogénitos. En este ámbito se sigue lo que indican las normativas. Cristo empieza lavando los pies a los suyos antes de sentarse a la mesa. Un gesto que Pedro no entiende, pero cuando el Maestro le explica que si no lo hace no podrá participar en la Fiesta, pide incluso lavarse las manos y la cabeza.

Terminado este gesto les explica que lo hizo dando ejemplo de servicio y entrega. Una vez sentados comienzan tomando en silencio unas verduras amargas, recordando la terrible opresión a manos de los egipcios. Llegado el momento comían con alegría el cordero pascual. Aquí Jesús convierte el pan en su Cuerpo y el vino en su Sangre instituyendo la Eucaristía y pidiéndoles que hagan eso hasta que Él vuelva. En este día también se instituye el Sacramento del Orden Sacerdotal.

Es el Día del Amor Fraterno.  Por la tarde es la Misa de la Cena del Señor con el lavatorio de pies y la entronización del Santísimo al finalizar la Celebración en un día Eucarístico, por excelencia. Lo que popularmente se denomina “Monumento”.

 

Virgen Dolorosa, ¡ruega por nosotros!

Ten valor y confía en Dios.